Recreación histórica de Granollers en el siglo XVI. |
Para poder entender los cambios
que acontecieron en el centro histórico de Granollers habría que retroceder
hasta los años 1366 cuando bajo el reinado de Pere III, la ciudad sufrió una de
las transformaciones más importantes desde su formación: la creación las segundas
murallas. Estas murallas encajonaron completamente la ciudad produciendo una
gran masificación de la trama urbana con calles estrechas y escasos espacios
libres limitados únicamente a las zonas de mercado especializado.
Por otra parte las tipologías de
vivienda que se encontraban eran de viviendas con una planta destinada a taller
o tienda y una o dos plantas superiores destinadas a vivienda. Desde ese
momento, el centro histórico de Granollers no sufriría demasiados cambios a lo
largo de los años, a pesar del crecimiento a extramuros a partir del siglo XVI
o el proceso de industrialización y modernización que tendría la ciudad durante
el siglo XIX.
Localización de los bombardeos que se produjeron en la ciudad. |
Pero todo esto cambiaría a partir
de dos hechos que acontecieron durante el siglo XX: el bombardeo de Granollers
de 1938 y las acciones urbanísticas de los años 60. El ataque aéreo que se
produjo el 31 de mayo de 1938, durante la Guerra Civil Española, dejó la ciudad
de Granollers completamente destruida con casi una ochentena de edificios
completamente destrozados. Por otra parte, durante los años 60 se impulsó una
política de crear agrupaciones parcelarias en el centro histórico y substituir
las casas y los vacíos de la guerra por edificios de mayor altura.
Estas transformaciones, junto con
la morfología remanente de la época medieval propiciaron a que el centro
histórico fuera la zona de la ciudad donde se concentraran un mayor número de
peatones. Por ello mediante programas de peatonalización impulsadas por el Plan
Estratégico de Granollers de 1996 y refutadas por el Plan de Mobilidad Urbana
de Granollers de 2008 se inició un proceso de peatonalización de todo el centro
histórico de la ciudad.
Fragmento de muralla conservada en Carrer de la Constància. |
Este proceso final de
recuperación, pacificación y peatonalización del centro histórico tiene un
cierto paralelismo con las últimas operaciones urbanas que se han desarrollado
en el centro de Barcelona. Desde 1981, los barrios de Ciutat Vella han estado
objeto de una intensa renovación urbanística que ha transformado la fisonomía
de sus calles y ha animado la gentrificación de determinadas zonas del barrio.
Estos planes principales destacarían algunos como los Planes Especiales de
Renovación Interna del Sector Oriental del Casc Antic de Barcelona de 1984 o el
del Raval de 1985. A partir de estos planes, el centro histórico de Barcelona inició
un proceso de peatonalización y de generar espacios que estén reservados
únicamente a los peatones, como podemos ver en la Plaça Reial (1982) o la Plaça
de la Catedral (1990).