Los barrios de Gràcia en
Barcelona y Vila Madalena en São Paulo , aunque tengan origen y historias muy distintos, tienen hoy más o menos el
mismo perfil. Ambos son lugares bohemios donde se reúnen
principalmente jóvenes y artistas, siendo el barrio “alternativo”
de sus respectivas ciudades.
El
barrio en São Paulo era parte de las tierras de un portugués que lo
dividió entre sus tres hijas Ida,
Beatriz e Madalena dando origen a los tres barrios hoy existentes:
Vila Ida, Vila Beatriz y Vila Madalena, todos pertenecientes hoy al
distrito de Pinheiros, zona oeste. Hasta principios del siglo XX
estas regiones se mantuvieron como áreas rurales. En 1910 llegó la
tranvía al local, lo que proporcionó su más amplia ocupación por
trabajadores. Parte de esta “gente simples” todavía vive en el
barrio, con sus casas con jardín y gallinas.
calle del barrio en 1951 |
Pero
a partir de los años 70 las casas empezaron a ser ocupadas por
estudiantes que, con la dictadura y su fuerte represión, fueron
expulsos de las viviendas estudiantiles de la Universidade
de São Paulo.
Como el barrio está cerca del campus universitario y a la época era
muy barato, muchas repúblicas de estudiantes se formaron ahí. Con
la venida de estas personas empezaron a surgir ahí muchos bares y
locales de fiesta. Luego también vinieron artistas e intelectuales a
vivir ahí.
En
esos últimos 40 años el barrio viene creciendo mucho y ya a perdido
un poco su característica de pueblo, por así decir. Antes se
conocían a todos; ahora los más ancianos ya son extraños en el
vecindario. Ahora el barrio es conocido por su carácter bohemio y
por su creatividad: están allá numerosas galerías de arte, tiendas
de artesanía y tiendas de design
diferenciado. Es un barrio muy colorido y vivo.
parte del barrio conocido como "Beco do Batman" en el cual todas las paredes son cubiertas por graffiti |
calle decorada para una fiesta en Gràcia |
Y
es así, colorido y vivo, que con mi poca experiencia de Barcelona
veo también al barrio de la Vila de Gràcia. Existe allá un
ambiente animado muy distinto del resto de la ciudad, más acogedor y
lejos de de toda la grandiosidad del Eixample y de los turistas.
Los
dos barrios además tienen en común el carácter callejero, con las
fiestas mayores, las ferias abiertas, los conciertos al aire libre.
Aunque sean antiguos, traen hasta hoy un carácter muy joven.