Toulouse, la ville no solo "en rose"! |
La
plaza del Capitole es el verdadero corazón del centro histórico si bien laten a su alrededor, como la plaza Esquirol, la plaza Wilson o Sant
Sernin entre otras. De todos estos puntos, cada uno con su singularidad, les
salen radialmente las calles retranqueadas y estrechas llenas de vida que los
unirán. Plazas con vida a lo largo de
todo el día, plazas de intercambio, plazas con historia. El Capitole es una de
ellas, en las que los días de merdado se cubre absolutamente toda de
frutas y colores, escondiendo la gran cruz de Languedoc en bronce que está
incrustada en el suelo. El ayuntamiento,
el Capitole, es el que le dio nombre a la plaza y des del cual durante siglos
que organizó la ciudad con los capitostes.
Cuando
el mercado desaparece, una gran explanada se descubre, pero sigue con vida,
latiendo gracias a los soportales multicolores que en el techo pintan la
historia de Toulouse y que rodean la plaza. Estas construcciones en todo el
largo de la plaza y están repletos de bares, restaurantes y pequeños comercios.
Si uno se sienta en una terraza puede contemplar la gran fachada naranja y
blanca del edificio civil, construida en 1750, con la intención de idealizar las
culturas clásicas. Es de los pocos
ejemplos con motivos renacentistas que encontraremos.
Nos trasladamos hacia el territorio que una vez conquistó
el mar, golpeándolo duramente con cada una de sus esquinas. Inicialmente se trataba de un barrio militar
a modo de campamento. La zona construida
extramuros de la Barcelona antigua evoluciona con la formación de una plaza en su punto más alto que
mos militares fundaron en el 1715. La
Barceloneta se construirá mediante unas barras de 100 metros de largo, con una doble entrada en cada vivienda, característica
típica en los campamentos que favorecía la ventilación.
Dos ancianas sentadas en una calle de la Barceloneta |
Construidas en paja y adobe, actualmente las barras del barrio
se entienden como comerciales en cada una de sus esquinas, y de vivienda en el
resto. Un barrio que se puede abrir tranquilamente en un espacio domesticado,
con ventanas abiertas, sillas esperando a sus dueños en la misma calle, flores a pie de calle…
mientras que la morfología de sus construcciones, tan paradógicamente simples,
separa naturalmente la zona más urbana y comercial de la residencial. Toda la gente se
concentra en estos testeros para ir a comprar, tomar una tapa o un buen
pescado.. La velocidad de los acontecimientos cambia radicalmente como si de otro lugar se tratara. Se ha conseguido zonificar creo que adecuadamente el lugar, crear una estabilidad y una relación entre los dos tipos de usuarios adecuada.