Seúl es la capital de Corea que ha pasado por un gran cambio desde 1950. El proceso de urbanización en Seúl ha sido intensa. Durante el siglo XX, Seúl ha crecido de la pequeña, capitales desconocido de la península coreana a una de las ciudades más grandes del mundo. Ningún otro ciudad ha experimentado la transformación más rápida y condensada como Seúl en el mundo. La población aumentó de 900 mil ciudadanos en 1945 a 10 millones de ciudadanos en 1988. Además, Seúl experimentó suburbanización extensiva. Seúl ha pasado por una rápida expansión de región metropolitana de 20 millones de habitantes que viven las ciudades y provincias vecinas.
El crecimiento abrupto y espectacular ha dado lugar a problemas acuciantes urbanos como transporte, medio ambiente, vivienda, infraestructura, bienestar social, y otros servicios públicos. Frente a diversos problemas urbanos en distintas etapas de la urbanización, el proceso resulta en muchas historias de éxitos.
Seúl tenía un río que lo atravesa, que constiuye las viviendas de
la población. Antes del plan urbanismo, el río está llena de contaminación y
atrajo el barrios marginales de la pobreza. Con el plan urbanismo en los 50s,
el río fue enterrado bajo concreto y una autopista de 8 carriles elevado fue
construido sobre el río. Para el año 2001, estos carriles estaban llevando a
168.000 vehículos al día, dividiendo a Seúl por la mitad – región Norte y Sur del río.
El renacimiento de un río mejoró el tráfico y el
tránsito en el centro de Seúl, y creó un parque de 5,8 kilómetro lineal y el
espacio verde entre la ciudad. El río también mejoró el efecto de isla de calor
urbano y redujo las temperaturas en las zonas de los alrededores en varios
grados. El parque urbano enriqueció la cualidad de la gente viviendo en la
ciudad con mucho trabajo sin tiempo libre.
En Seúl hay una mezcla de algunos aspectos modernas y históricos. La ciudad está llena de edificios altos y comerciales. Edificios modernistas están por todas partes en la ciudad. Sin embargo, la ciudad está aún tratando de mantener los castillos y edificios antiguos como un gran parte de la identidad de la ciudad.