Chabolas de Turó de Rovira
Hace dos años, había una comunidad de gente que vivían en caravanas
en San Clemente. Aunque la gente que vivía ahí no pagaba los impuestos
ni del estado ni del ayuntamiento, nadie quería meterse con el problema.
No era una comunidad muy grande, compuesta quizas de alrededor de
veinte caravanas. Por la mayor parte, los habitantes simplemente no
tenían plata y habían perdido sus viviendas, y no molestaban a nadie.
Daban comercio a los restaurantes de comida rápida y barata, aún.
Algunos del ayuntamiento simpatizó con ellos, y daban cuenta que muchos
de ellos no tenían otra opción.
Entonces, el ayuntamiento les dejaba en paz, hasta que notó la
existencia de la comunidad caravana un periodista reconocido por
California, quien escribí un articulo en su blog sobre ella. La
comunidad se ubicaba cerca de la carretera principal de San Clemente,
donde pasa toda la circulación para entrar en el pueblo. El periodista
denunció el ayuntamiento por su inacción de quitar la comunidad, la sola
mancha de un bello pueblo tan cerca de la playa. Vergonzado por el
artículo, el ayuntamiento mandó policía de rodear la comunidad caravana.
En dos o tres días, la comunidad desaperció, y San Clemente contruyó un
parque y un letrero pidiendo bienvenidos al pueblo.
Los orígenes y desarrollo de las chabolas cercas del Turó de Rovira
son muy diferentes que esa comunidad caravana, y además podía
identificarse más como un mini-pueblo. Pero suscita cuestones sobre que
autoridad tiene el gobierno de castigar comunidades compuestas de gente
sin otra opción, y como pueden evitar los leyes de propiedad. Es dificil
negar la brillantez de estos trabajadores apiñados en construir sus
viviendas de noche a día para evitar su destrucción, pero queda la
cuestión de la sanitación y el uso de recursos públicos.