A medida que va pasando el tiempo, los ciudadanos vamos
apoderándonos poco a poco de los edificios que tenemos a nuestro alcance. A
veces lo hacemos de forma consciente y con un objetivo o función claros, a
veces no. A veces son de nuestra propiedad, a veces no. A veces el resultado
final, o las diferentes etapas, es mejor que la anterior, a veces no. Y en
algún momento, a veces también, alguien abre los ojos y se pregunta “¿cómo
hemos llegado hasta aquí? Esto no debería ser así.”.
En parte fue así cómo se paró el proyecto de reconversión
por parte de una inmobiliaria del Casino La Violeta en viviendas. El edificio,
construido a finales del siglo XIX, fue siempre clave en la barrio de Gràcia
tanto por sus funciones como por las características de su construcción, y es
por esto que los vecinos pidieron que no se perdiera la imagen de dicho
edificio y siguiera siendo un espacio al servicio del barrio. El resultado, un
concurso abierto que acabó llevándose a cabo y ahora La Violeta sigue siendo un
lugar para los ciudadanos de Gracia dejando ver aún su historia.
Algo parecido ocurrió en la Gare Saint Sauveur de Lille,
antigua estación de trenes. Se construyó durante la década de 1860 con la
intención de convertirse en la principal estación de la ciudad pero nunca
superó la afluencia de la primera, la Gare Lille-Flandres, y se consolidó cómo
estación de trenes de mercancías. Fue un punto importante de circulación férrea
interurbana durante años pero a principios del siglo XXI quedó obsoleta bajo la
sombra de la cercana y nueva estación intermodal de Dourges. Así, los 20.000m2
ocupados por Saint Sauveur en plena ciudad de Lille quedan en desuso y surge el
debate de qué hacer con esa superficie y sus construcciones.
Imagen de la estación antes de ser remodelada |
Imagen actual de la plaza de acceso |
Finalmente, el proyecto – definido por el ayuntamiento de
Lille con la colaboración del arquitecto Franklin Azzi y aún en desarrollo –
consiste en reconvertir las naves en espacios polivalentes para la ciudad; hoy
en día sólo se han rehabilitado dos de ellas. La primera, se ha convertido en
el bar-restaurante y sala de cine donde también se realizan algunas actividades
de tipo social como celebraciones, conciertos, etc. En la segunda, mucho más
grande, es actualmente el espacio para exposiciones o eventos importantes.
Imagen del interior del bar |
La concurrida terraza del bar los días soleados |
Lo más interesante del proyecto, al igual que en el Casino
La Violeta, es el gran acierto del proyecto para remodelar antiguas
construcciones inutilizadas en espacios adecuados a nuestro tiempo sin querer
borrar su pasado. En Saint Sauveur es muy evidente el carácter industrial de
las naves y las vías de tren están visibles en muchos puntos, pero al mismo
tiempo es un lugar actual, contemporáneo y de calidad.
Además, la organización de las actividades que se realizan es excelente: casi todos los días de la semana hay alguna actividad en particular, y por supuesto siempre hay exposiciones muy actuales abiertas – generalmente gratis - para público. Sin lugar a dudas, se ha convertido en un punto de referencia cultural, social y arquitectónico.
Una de las zonas de exposición de la nave más grande |