La ciudad de León, tierra originaria de mi padre, se ubica en el noroeste de la Península, siendo capital de la segunda provincia más poblada de la comunidad de Castilla y León (497.000 habitantes) y capital del Antiguo Reino de Léon.
Lejos de lo que muchos puedan creer, el nombre de la ciudad no deriva del animal sino de su origen castrense. Nacida como un campamento militar romano de la Legio VI Victrix hacia el año 29 a.C. y posteriormente consolidada con la Legio VII Gemina en el 79, León recibe su nombre de la evolución del vocablo latino ‘legio’ (legión).
Los antecedentes de León se remontan a los tiempos en que los romanos dominaban Hispania, pero el protagonismo de la ciudad en la historia de España se produjo durante los primeros siglos de la Reconquista. Fue una plaza fuerte en litigio entre los invasores musulmanes y el incipiente reino asturiano y pronto se convirtió en capital del Reino de León. A partir de la Baja Edad Media la ciudad dejó de tener la importancia de antaño, en parte debido a la pérdida de su independencia tras la unión din´stica del reino leonés a la Corona castellana, que se hizo efectiva en el año 1301. Sumida en un período de estancamiento durante la Edad Moderna, en la Guerra de la Independencia fue una de las primeras ciudades en sublevarse al dominio francés de toda España, y años después del fin de la misma, en 1833, adquirió el rango de capital provincial que conserva hasta nuestros días.
En lo que al desarrollo urbano de la ciudad se refiere, encontramos dos fuertes condicionantes, los ríos Bernesga y Torío. Ambos han marcado de forma definitiva la configuración y la expansión de la urbe a lo largo de su historia. Si bien a principios del siglo XIX León era un pequeño núcleo de carácter rural, como en muchas otras ciudades europeas, la llegada del ferrocarril significó un hito y provocó un importante desarrollo urbano. Ese crecimiento se plasmó, ya en el siglo XX, en el Plan de Ensanche, localizado entre el casco viejo y el río Bernesga. Asimismo, la continua llegada de inmigrantes a la ciudad favoreció la aparición de numerosos barrios obreros en los alrededores del casco antiguo. Estos crecieron sin que existiera una planificación previa hasta el Plan de 1960, que sirvió de base para el siguiente PGOU de 1975. Entre finales del siglo XX y principios del XXI, el mayor crecimiento de la ciudad se ha dado en su área metropolitana, a la vez que en la propia León, dónde se han desarrollado nuevas áreas urbanas como La Lastra o La Torre.
León es una ciudad que sorprende al viajero que por primera vez se acerca a ella, por sus admirables monumentos histórico artísticos y museos, como la Catedral, San Marcos, San Isidoro o el reciente MUSAC, que se integran en una moderna ciudad llena de plazas ajardinadas, parques y amplias avenidas. Su patrimonio histórico y monumental, así como diversas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, entre las que destaca la Semana Santa, y su situación como paso obligado del Camino de Santiago, la convierten en una ciudad acogedora y muy llena de vida.