Hace
unas semanas visitamos el Parc de Collserola, que con más de 8000 ha de espacio
natural representa la mayor extensión verde del área metropolitana y sin duda
el pulmón verde de Barcelona. Este parque es un gran activo de la ciudad por su
cercanía pero sobretodo por la gran diversidad de especies animales y vegetales
que alberga. Aunque éste es el más cercano, no es el único parque protegido
ligado a la ciudad de Barcelona: si Collserola es su bosque, el Parc Agrari es
su huerto.
El
Parc Agrari del Baix Llobregat forma parte, al igual que Collserola, de la
Xarxa de Parcs Naturals de la Diputació de Barcelona y está gestionado por un
consorcio formado en 1998. Tiene una superfície de 3332 ha que se extienden por
los llanos y valles del delta del río Llobregat, en la comarca del Baix
Llobregat. Todo este territorio del parque forma parte de 14 municipios entre
los cuáles se encuentra mi ciudad, Sant Feliu de Llobregat.
Aunque
existen muestras de ocupación humana desde más de 6000 años a.C. en las
terrazas fluviales de Sant Feliu y otras zonas del delta del Llobregat, el
origen de esta explotación agraria se puede situar hacia el siglo XVIII, cuando
la demografía de Barcelona empezó a crecer. Entonces se cultivaban
mayoritariamente los márgenes del río con campos de frutales como
melocotoneros, peros y manzanos. A medida que la población de Barcelona
aumentaba también lo hacía la necesidad de mayores extensiones de cultivo, por
ello fue muy importante la construcción del Canal de la Infanta Carlota en
1819, que permitió el riego de 3000 ha entre Molins de Rei y el mar, pasando
por Sant Feliu. La aparición del ferrocarril en 1853 y un segundo canal en 1865
reforzaron la explotación agrícola de la zona y el papel de Barcelona como
principal mercado consumidor hasta hoy, que la ciudad es consumidora y punto de
exportación hacia Europa.
Por
sus características geográficas y climáticas la actividad agrícola de ésta zona
se reparte básicamente en un 60% cultivo de hortalizas (el producto estrella es
seguramente la alcachofa) y un 40% cultivo de árboles frutales como el cerezo.
Aunque en menor medida también se produce actividad ramadera, siendo
especialmente valorado el pollo pota-blava
de El Prat.
El que
vive en Barcelona puede ir a pasear a Collserola y cuando va al mercado
comprará hortalizas del Parc Agrari. Los que vivimos en Sant Feliu también
vamos a pasar el día a Collserola, también comemos hortalizas del Parc Agrari,
pero además tenemos un abuelo que las cultiva al lado del río, o nosotros
mismos tenemos un huerto con nuestros amigos. Barcelona tiene la suerte de
tener Collserola, pero en Sant Feliu tenemos Collserola, el Parc Agrari, el
río... y Barcelona.




